Miradas que matan...

Se dice que una mirada dice más que mil palabras. Y cuando se trata de un gran actor (orgullosamente mexicano), no podemos dejar de mencionar a don Pedro Armendáriz, la figura del hombre ideal en el cine mexicano. Nació en 1912 en la Ciudad de México. Vivió en Los Angeles, donde inició como actor de teatro, a la par que una carrera de Derecho. Fue descubierto por el productor Miguel Zacarías, pero trabajó también en otros países. Su encuentro con el entrañable “Indio” Fernández a su regreso a México, culminó en varias películas de la época de oro del cine mexicano.

Algunos de sus más representativos filmes son: “Flor Silvestre”, (el entrañable filme) “María Candelaria” y “soy puro mexicano” entre muchos otros, ya que él representaba el tipo de galán de la época; su porte y su mirada fueron sus inigualables características. Hizo mancuerna con la hermosa Dolores del Río y María Félix.

Sin embargo, el rodaje que marcó para mal su vida fue “The conqueror”, ya que se rodó en Utah, USA. Donde se realizaron pruebas nucleares, trayendo como consecuencia el temible cáncer para varios participantes en el filme. No escapó de la tragedia Pedro Armendáriz, ya que finalmente lo atacó. Finalmente se quitó la vida a los 51 años en California.

Definitivamente, uno de los mejores actores mexicanos, ya que recibió reconocimientos internacionales y nacionales como el Ariel (1948 y 1953), La Palma de Oro en Cannes, y el León de Oro de la Bienal de Venecia en 1947.

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