Bonita finca de adobe

No estamos hablando de un programa de computación… el día de hoy, para quienes no lo conocen; vamos a platicar acerca de un noble material para construír viviendas. Antaño… de las familias más humildes de las comunidades. “Adobe”. Palabra de origen árabe, significa “ladrillos de barro secados al sol”. Así se le denominó a toda pieza de barro o arcilla. Con el paso del tiempo, no se hacían de manera tan “rústica” sino que se emplearon para ello unos moldecillos rectangulares hechos con madera para hacerlos de tamaño más funcional para hacer los muros de las casitas. En algunos casos los hemos visto con paja también. Se han encontrado vestigios de adobe en varias culturas alrededor del mundo.

Además de ser de material que se obtenía del mismo medio ambiente (y por lo tanto muy económico), también es ligero y térmico. En época de calor ofrece frescura en su interior; cuando es tiempo de frío por el contrario, brinda un abrigo confortable. Cuando hemos visitado pueblitos pintorescos, seguramente has visto casitas hechas con ladrillos de barro (adobe), y en nuestro país aún existen muchas casitas (fincas) de adobe.

Pero también hay que hacer notar que su uso se ha retomado, por todas las bondades que nos ofrece (y conservar el medio ambiente, pues las compañías ladrilleras contaminan demasiado). Las casitas (o fincas) de adobe son aún patrimonio de varias familias de origen humilde, pero… con las comodidades de la vida moderna, no habrá quien se le resista. Es más; ¡hasta hay una canción que así se llama! Haciendo alusión al ofrecimiento del novio a su amada, para formar una familia (pero de “aquéllos tiempos”).

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